“Tengo una especial debilidad por los criminales
y los artistas –ninguno toma la vida como viene.
Cualquier historia trágica debe estar en conflicto
con las cosas como son”. S. K.
Por: Julián Poff
Aunque el costo del boleto resulta ser un poco elevado ($65 en general y $45 para quienes se acrediten como estudiantes o maestros, sean menores de 25 o ya formen parte de la tercera edad), la expo de Kubrick que actualmente se encuentra en la Cineteca Nacional bien vale la pena. Para disfrutar de esta muestra no es necesario ser un gran conocedor de la obra del cineasta, pues lo que ella busca (y con justicia logra) es mostrar la perspectiva desde la cual Kubrick abordó el séptimo arte. Por ello, no es de extrañar que en la primera sala se presente su (muy precoz) trabajo en la revista Look, donde el futuro director comenzaría a laborar con tan sólo 16 años de edad; pues dicha experiencia le brindo las bases para formarse una determinada mirada de la realidad, misma que presentaría (y desarrollaría) más adelante en su trabajo cinematográfico.
Conforme se lleve a cabo el recorrido se podrá disfrutar de la magnífica curaduría realizada por Hans Peter Reichmann y Tim Heptner en torno a la obra del cineasta, la cual, vale la pena mencionar, para el caso de la Cineteca también contó con la participación de Juan Arturo Brennan y José Antonio Valdés Peña. Así, gracias a este trabajo de co-curaduría, el visitante podrá insertarse dentro de la propia (y variada) obra fílmica de Kubrick: dejará de ser un simple espectador y pasará a formar parte de los escenarios que el cineasta ideó en sus películas.
Una vez que se hayan recorrido las salas dedicadas a las primeras incursiones cinematográficas de Kubrick, se recomienda continuar la visita en los pisos superiores y dejar para después (créanme es lo mejor) aquella que concierne a A Clockwork Orange (La naranja mecánica); esto último porque, debido a la forma en que está distribuida la expo en el recinto, resulta ser lo más idóneo (en términos prácticos). Aunque las salas dedicadas a 2001: A Space Odyssey (2001: Odisea del espacio) –sobre todo esta–, Lolita, Dr. Strangeloveor or… (Dr. Insólito o…) y Spartacus (Espartaco) no decepcionan, creo que lo mejor de la exposición se encuentra en la última parte del recorrido.
De regreso en la planta baja, el visitante encontrará la sala dedicada a A Clockwork Orange la cual, como el resto de los trabajos fílmicos expuestos, también cuenta con utilería y vestuarios originales; así como posters, guiones y fotografías de producción. Precisamente es gracias a estas últimas que podemos hacernos una idea de la relación que el cineasta entabló con su familia; después de todo a Christiane Harlan, su tercera esposa y pareja por más de cuarenta años, la conoció en la filmación de Paths of Glory (Senderos de gloria).
Si bien el resto del recorrido contempla los demás trabajos cinematográficos de Kubrick (los cuales tiene su valor artístico), vale la pena detenerse (y tomarse su tiempo) en la sala dedicada a The Shining (El resplandor), pues el gran valor que tiene este film en el mundo cinematográfico y de la cultura en general hace que se disfrute cada uno de los objetos depositados en dicha sala; como la claqueta del film, la máquina de escribir utilizada por Jack Torrance (con todo y escrito incluido), el vestuario de las gemelas Grady, la réplica a escala 0 del laberinto del Hotel Overlook y hasta la fotografía (del baile del 4 de julio de 1921) en la que sale Jack en la última escena.
Los ideales que el director persiguió en cada uno de sus films también serán dados a conocer a la audiencia a lo largo de la muestra, incluidos aquellos proyectos que nunca se concretaron como Aryan Papers (Papeles Arios), Napoleón y Artificial Intelligence (Inteligencia Artificial); éste último trabajo llevado a la pantalla grande por Steven Spielberg en 2001 tras la muerte de Kubrick, quien de hecho ya lo había contemplado para ocupar el puesto de director. De igual forma, el visitante tendrá acceso al gran y variado repertorio musical que el cineasta empleó para ambientar sus películas, así como a aquellos objetos que lo acompañaron a lo largo de su carrera (como sus múltiples lentes y juegos de ajedrez).
Si bien el curso dictado por Juan Arturo Brennan (co-curador de la expo) y el ciclo de conferencias que se programó para acompañar esta exposición (febrero a mayo) ya tuvieron cabida, para fortuna de los fanáticos de Kubrick la Cineteca Nacional volverá a proyectar la muestra retrospectiva que se exhibió en las primeras semanas de inaugurada la expo, así como la obra fílmica del cineasta neoyorkino en este último mes de #KubrickEnMexico (aquí el cartel: https://www.facebook.com/CinetecaMexico/photos/a.415115254695.189969.21608654695/10155448395549696/?type=3&theater).
La venta de los boletos para recorrer las 16 salas que conforman la muestra se está llevando a cabo cada hora. Aunque hay un guía para recorrer el recinto, se recomienda tener el tiempo suficiente para hacerlo por cuenta propia; pues está exposición de más de diez años de existencia y un gran número de ciudades visitadas alrededor del mundo, bien vale la pena conocerla (sobre todo ahora que se ha extendido su permanencia hasta finales de julio).
- Texto publicado por primera vez en la revista digital Citric Magazine: http://www.citricmagazine.com/2017/01/26/kubrick-en-la-cineteca-diciembre-2016-mayo-2017/
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